miércoles, 2 de marzo de 2011

REFLEXIONES

Papá, ¿Cuánto ganas?
-Papá, ¿cuánto ganas por hora? - con voz tímida y ojo de admiración, un pequeño
recibía así a su padre al termino de su trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso:
- Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me moleste estoy cansado.
- Pero papá- insistió - dime por favor, ¿cuánto ganas por hora? - La reacción del
padre fue menos severa. Solo contestó: 200 pesos la hora.
- Papá, ¿me podrías prestar cien pesos? - preguntó el pequeño.
El padre, lleno de cólera y tratando con brusquedad al niño, dijo:
- Así que esa era la razón de saber lo que gano. Vete a dormir y no me molestes,
muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre meditó sobre lo sucedido y se sintió culpable. Tal
vez su hijo quería comprar algo. Para descargar su conciencia dolida, se asomó al
cuarto de su hijo. Con voz baja preguntó al pequeño :
- ¿Duermes, hijo?
- Dime papá- respondió entre sueños.
- Aquí tienes el dinero que me pediste - respondió el padre.
- Gracias, papá- contesto el pequeño. Y metiendo su mano bajo la almohada,
sacó unos billetes.
- ¡Ahora ya completé, papá! Tengo 200 pesos. ¿Podrías venderme una hora de tu
tiempo?







MEDIA COBIJA

(AUTOR: ANONIMO)
Don Roque era ya un anciano cuando murió su esposa, durante largos años
había trabajado con ahínco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo
era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los demás,
ya que para lograrlo dedicó su vida y su escasa fortuna.
A los 70 años Don Roque se encontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo
y lleno de recuerdos.
Esperaba que su hijo, brillante profesionista, le ofreciera su apoyo y comprensión,
pero veía pasar los días sin que este apareciera y decidió por primera vez en su
vida pedir un favor a su hijo. Don Roque toco la puerta de la casa donde vivía su
hijo con su familia. Hola papá! -Que milagro que vienes por aquí!
Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo, además estoy
cansado y viejo.
Pues a nosotros, nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que esta
es tu casa.
Gracias hijo, sabía que podía contar contigo, pero temía ser un estorbo.
Entonces, no te molestaría que me quedara a vivir con ustedes? -Me siento tan solo!.
Quedarte a vivir aquí?, si..... Claro...... pero no sé si estarías a gusto, tu
sabes, la casa es chica mi esposa es muy especial..... y luego los niños....
Mira hijo, si te causo muchas molestias olvídalo, no te preocupes por mí,
alguien me tendera la mano.
No padre no es eso, solo que.... no se me ocurre donde podrías dormir.
No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonarían.... o
solo que no te moleste dormir en el patio?
Dormir en el patio está bien.
El hijo de Don Roque llamó a su hijo Luis de 12 años. Dime papá.
Mira tu abuelo se quedara a vivir con nosotros. Tráele una cobija para que se
tape en la noche.
Si con gusto..... y donde va a dormir? En el patio, no quiere que nos incomodemos
por su culpa.
Luis subió por la cobija, tomó unas tijeras y la cortó en dos. En ese momento llegó
su padre.
Que haces Luis? Porque cortas la manta de tu abuelo?
Sabes papá, estaba pensando.....
Pensando en qué? En guardar la mitad de la cobija para cuando tú seas viejo y
vayas a vivir a mi casa....
(Un padre mantiene a diez hijos, pero diez hijos no mantienen a un padre)
















PRESENTO MI RENUNCIA

Por la presente presento mi renuncia a ser adulto.
He decidido aceptar la responsabilidad de tener 6 años nuevamente.
Quiero ir a McDonald’s y pensar que es un restaurante de 5 estrellas. Quiero
navegar barquitos de papel en un estanque y hacer anillos tirando piedras al agua.
Quiero pensar que los dulces son mejor que el dinero, pues se pueden comer. Quiero
tener un receso y pintar con acuarelas. Quiero salir cómodamente de mi casa sin
preocuparme como luce mi cabello.
Quiero tener alguien que me arregle y me planche la ropa. Quiero regresar a mi
casa a una comida casera y que alguien corte mi carne.
Quiero tomar largos baños y dormir 10 horas todas las noches. Quiero recostarme a la sombra de un viejo roble y vender limonada con mis amigos en un día caluroso de verano.
Quiero abrazar a mis padres todos los días y enjugar mis lágrimas en sus hombros.

Quiero regresar a los tiempos donde la vida era simple. Cuando todo lo que sabía
eran colores, tablas de sumar y cuentos de hadas; y eso no me molestaba, porque
no sabía que no sabía y no me preocupaba por no saber. Cuando todo lo que
sabía era ser feliz porque no sabía las cosas que preocupan y molestan.
Quiero pensar que el mundo es justo. Que todo el mundo es honesto y bueno. Quiero pensar que todo es posible.
En algún lugar en mi juventud madure y aprendí demasiado. Aprendí de armas
nucleares, guerras, prejuicio, hambre y de niños abusados.
Aprendí sobre las mentiras, matrimonios infelices, del sufrimiento, enfermedad,
dolor y muerte. Aprendí que tú tienes que limpiar los inodoros. Aprendí de un
mundo en el que saben cómo matar y lo hacen.
Que paso con el tiempo que pensaba que todo el mundo viviría para siempre,
porque no entendía el concepto de la muerte, excepto cuando perdí a mi mascota.
Quiero volver al tiempo cuando pensaba que lo peor que pasaba era que alguien
me quitara mi pelota o me escogiera de último para ser su compañero de equipo.
Cuando no necesitaba lentes para leer. Oh que bella vida de aquellos años.
Quiero alejarme de las complejidades de la vida y excitarme nuevamente con las
pequeñas cosas una vez más.
Quiero regresar a los días en que la música era limpia y sana.
Recuerdo cuando era inocente y pensaba que todo el mundo era feliz porque
yo lo era. Quiero volver de nuevo a caminar en la playa pensando solo en la
arena entre los dedos de mis pies y la concha más bonita que pudiera encontrar,
sin preocuparme por la erosión y la contaminación.
Quiero pasar mis tardes subiendo arboles y montando mi bicicleta hasta llegar
al parque, sin la preocupación de que me secuestren.
No preocuparme del tiempo, las deudas, o de donde sacar el dinero para arreglar
el carro. Solo pensar en que voy a ser cuando sea grande, sin la preocupación
de lograrlo o no.
Quiero vivir simple, nuevamente. No quiero que mis días sean de computadoras
que se inhiben, de la montaña de papeles en mi escritorio, de noticias deprimentes, ni de cómo sobrevivir unos días más al mes, cuando ya no queda dinero en la chequera.
No quiero que mis días sean de facturas de médicos o medicinas. No quiero que
mis días sean de chismes, enfermedades y la pérdida de seres queridos.
Quiero creer en el poder de la sonrisa, del abrazo, del apretón de manos, de la
palabra dulce, de la verdad, de la justicia, de la paz, de los sueños, de la
imaginación.
Quiero creer en la raza humana y quiero volver a dibujar muñecos en la arena.......
Quiero volver a mis 6 años nuevamente........
sino mínimo a mis 16 - 20 .......

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